
Una de las formas en que los SCRAP pueden cumplir con la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) es llegando a acuerdos con poseedores finales o gestores de residuos. Estos acuerdos implican que sean ellos quienes se encarguen de la recogida separada y la gestión de los envases industriales o comerciales a cambio de una compensación económica.
Sin embargo, en la reciente Feria de los SCRAP, organizada por el clúster de envases en Valencia, apenas se mencionó la opción de los SIRAP. Prácticamente se olvidó la posibilidad de gestionar la RAP de forma individual, lo que resulta llamativo, considerando que la mayoría de los SCRAP de envases industriales y comerciales se centran en llegar a acuerdos con poseedores finales como una forma de cumplir con la normativa.
¿Qué significa llegar a acuerdos con poseedores finales?
El Real Decreto 1055/2022 ofrece la posibilidad de que los poseedores finales o gestores de residuos se encarguen de la gestión de los envases, recibiendo a cambio una compensación económica. En este escenario, los SCRAP simplemente delegan la gestión y se limitan a gestionar los cobros y pagos.
Para ilustrarlo mejor, veamos un caso real:
- Un SCRAP cobra a sus asociados 15 € por tonelada de IBC.
- Luego, llega a un acuerdo con un gestor de IBC, al que le paga 10 € por tonelada.
- El gestor es quien se encarga de la recogida, lavado y gestión de los envases, registrando la información en el sistema del SCRAP junto con los documentos de traslado.
- Siempre que el SCRAP cumpla con los objetivos mínimos del Real Decreto (como el 65% de reciclaje del peso total en 2025), el modelo se considera válido.
El resultado financiero de esta operación es el siguiente:
- El SCRAP cobra 1.000 toneladas a 15 € = 15.000 €.
- Debe recoger al menos el 65% (650 toneladas).
- Paga al gestor 650 toneladas x 10 € = 6.500 €.
- El resto (8.500 €) se destina a estructura, publicidad, sueldos, entre otros.
¿Dónde está el problema?
En teoría, los SCRAP son entidades sin ánimo de lucro, por lo que los fondos sobrantes deberían devolverse a los asociados. Sin embargo, en la Feria de los SCRAP se mencionó que algunos han acumulado reservas de hasta 200 millones de euros, lo que genera dudas sobre su verdadero funcionamiento.
Pero el problema principal no es solo financiero. Si los SCRAP se limitan a cuadrar las cuentas y no gestionan directamente los envases, ¿cómo van a mejorar realmente la recogida separada y la sostenibilidad?
El Real Decreto 1055/2022 tiene como objetivo mejorar los porcentajes de recogida separada. Sin embargo, si solo se trata de gestionar pagos y no de implementar soluciones sostenibles, la normativa pierde sentido.
La alternativa: SIRAP y modelos más sostenibles
Desde Container Loop, cuando trabajamos en un SIRAP, buscamos mejorar la gestión y hacerla más rentable para el cliente. Esto implica menos coste por uso, pero también una solución más sostenible, reduciendo la introducción de nuevos envases en el mercado mediante sistemas de depósito, devolución y retorno (SDDR).
No se trata de eliminar los SCRAP, sino de cuestionar su utilidad real. Si solo se limitan a recaudar y pagar, sin aportar mejoras en la gestión de envases, ¿cómo van a contribuir a una economía circular más efectiva?
Un caso claro es Ecoembes. Cualquiera que conozca el sector de envases sabe que han hecho poco o nada por fomentar el uso de envases retornables. Y, sin embargo, estos son, con diferencia, la opción más sostenible.
¿Por qué no se fomenta el envase retornable?
Porque es más fácil cobrar a los productores y distribuir esos fondos entre los gestores de reciclaje que implementar sistemas de envases retornables, que requieren una logística y estructura más complejas.
Estas son mis opiniones, y está claro que no todos los SCRAP operan de la misma manera. Sin embargo, es un tema que debería dar mucho que pensar.
David Izquierdo Cebollada
CEO
Container Loop